martes, 12 de junio de 2012


Por Mario Dominguez Gadea

RENOVACION

            Quien se precie de observador, que en el mundo de la política es una necesidad imprescindible para sobrevivir y sacar conclusiones, constatará que a tantos meses de las Elecciones Nacionales, que queremos ganar, cala cada vez más hondo la necesidad de cambios radicales en los mandos naturales del Partido. Quienes tenemos como hábito el contacto reiterado con correligionarios de avanzada edad, lo notamos cada vez con mayor intensidad.
            Como los “Veteranos” opinamos y votamos, vale se tomen en consideración sus opiniones, que son la de la voz de la experiencia.
            Ellos hicieron posible los formidables triunfos del “58” y del “95”, que nos permitieron hacer tantas cosas buenas. Ahora son partícipes molestos de una realidad tangible como lo es la situación que estamos enfrentando.
            Ellos son también los del mensaje de futuro, por el recuerdo y ejemplo de los Grandes: Saravia, Herrera, Beltrán, Fernández Crespo, Wilson, Ortiz, que lucharon, en las buenas y en las malas, hasta morir. Los recuerdos en sus bocas son fuerza y rebeldía, lo que nos llevan a escribir estas líneas.
            Si uno rasca en la superficie de otras generaciones nota que no es una opinión reservada a un grupo etario. Se está generalizando en un apretón de dientes y en un decir, a todos los niveles, que necesitamos reformas urgentes.
            Y, en todo esto, que más que confuso es peligroso, hay algo, que no es resentimiento, pero sí sensación de frustración ante el destino incierto de una Juventud que significa todo, porque en el futuro será su obligación trasmitir al pueblo los ideales del Partido.
            La carrera electoral debe abrirse. Eliminar las dependencias que comprimen,  con un partido que respete las reglas de juego, pero que deje jugar para que  poco a poco la prédica haga carne en los correligionarios, y los que no lo son.
            No es todo, pero es mucho más de lo que se imaginan los político y militantes de edad media. Si no despertamos nos tiran al Partido por la borda, y no estamos, por respeto a los que fueron y a los que quieren ser, andar evitando el viento en la puerta de entrada, con miedo a que nos abran la del fondo.
            Lo positivo es que tenemos compañeros inteligentes, con ansias del triunfo del Partido, predicando la única medida disponible de salvación del País.
            Vamos a no engañarnos y entrar en proclamas eruditas que no son posibles de materializar. Nuestra dirigencia política existe y es suficiente como para seleccionar, llamar a relevo y procurar una conducción que nos lleve al triunfo.
            Nadie dude que quienes pensamos en dejar semillas de dignidad y triunfo,  estamos actuando por un logro que nos hemos asignado.
            Cada día que pasa debemos repetirnos que determinada función política no puede ni debe ser considerada una tarea rentable, en un trabajo más. No votamos, en una democracia representativa, para tener empleados en una casa grande, sino sus representantes, que defiendan al Pueblo (trabajadores, pasivos, ancianos, niños, a todos), tratando de darnos un País mejor.

 POCO A POCO
           
            Nadie duda, dentro y fuera de fronteras partidarias, que vamos tomando conciencia sobre cómo enfrentaremos con dignidad, el futuro político del País.
            Observando la actividad del Partido vemos como la familia de dirigentes y sus directos colaboradores están consolidando la tarea de quitar a los actuales (no se les puede decir gobernantes a quienes no lo son), recorriendo intensamente el Interior.
            En Montevideo, no por ser el de mayor caudal electoral, la regla es distinta y Correligionarios de distintas líneas están aunando esfuerzos.
            Pero Montevideo sólo no alcanza. No dudamos que Canelones y Maldonado, de fuerte gravitación en el destino partidario y electoral, dirán presente a corto plazo.
            Se mira fuerte a quienes tienen antecedentes probados. Hay Intendentes cuyo destino, por no poder ser reelectos, está disponible con un caudal de conocimientos y experiencias.
            Se piensa que primero corresponde buscar a los hombres, para poder elegir, sin dejar de lado las costosas financiaciones que demanda una campaña electoral decente, sin ayudas del Exterior.
            El “Movimiento Compañeros” tuvo idea y conciencia del desafío. Desde hace varios  meses tomó la iniciativa, que, a la fecha, ha demandado mucho esfuerzo, dando un ejemplo, que para mejor suerte para el Partido ha trascendido.
            Poco importa los intereses personales cuando se olvida el superior destino que demanda continuar defendiendo la vigencia de los principios, que nos intentan hacer olvidar.


Mario Dominguez Gadea

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