martes, 26 de julio de 2016

IRPF = IRP Frentista

Escribe: Cdor. Nelson Roselli        

Estimados/as,
Antes de comenzar estas líneas sobre el tema en cuestión, deseo agradecer a Esteban Jardìn por la invitación a presentar mi pensamiento sobre el tema IRPF. Mi intención es que las siguientes líneas sean por lo menos una base para la conversación del tema.

En las semanas pasadas se concretó el anuncio del Gobierno de un nuevo ajuste fiscal para el 2017.
Luego vino una parodia ya orquestada, con el cambio “negociado” de su decisión inicial, eliminando el aumento de tasa de una de las franjas. Básicamente motivado por el revuelo que se generó ante el anuncio original. ¿Por qué parodia?. La “negoció” el Presidente de la República directamente en un tiempo record, punto que es muy difícil creer que el mismo Presidente de argumentos económicos para la “negociación”, y definiendo el cambio mientras el ministro está en el viejo continente por mas apoyo que el equipo económico le haya dado.

Entrando en el tema y eliminando todas las palabras superfluas empleadas por los gobernantes frentistas  en lo que respecta al IRPF, podemos ver que  se aplicaron dos modificaciones casi de igual magnitud recaudatoria. La primera que ha sido lo más evidente, el cambio de porcentaje para determinadas franjas. La segunda es tan importante en lo que va a recaudar casi como la primera, y consiste en la baja de la alícuota de las deducciones o sea nos bajan lo que podemos deducir de este supuesto Impuesto a la Renta.

Lo cual no se ha mostrado en todas las publicaciones partidarias del gobierno  por las redes sociales, divulgando lo que supuestamente cada integrante de cada franja va a pagar de más el año que viene. Pura y simple propaganda que sus simpatizantes republican una y otra vez.

El cambio del porcentaje aplicable a las deducciones afecta por ejemplo a los profesionales que aportan a la Caja de Profesionales, también en mayor medida a las personas con hijos y a los más débiles por ejemplo el caso que tengan alguna capacidad diferente.

Digo supuesto impuesto a la renta porque desde su comienzo y más actualmente, es casi un impuesto a nuestros ingresos totales y no netos. Dado que no se contempla como  en la mayoría de los regímenes tributarios que han utilizado este tipo de instrumento recaudador, la deducción de los gastos que incurre la persona sujeto pasivo de este impuesto para la obtención de su renta bruta.

Por lo tanto, en teoría un impuesto a la renta consiste en aplicar un porcentaje a la renta neta que es el resultado de la diferencia entre la renta bruta (ingresos a gravar)  menos los gastos incurridos para obtener dicha renta bruta. Las reglamentaciones definen en cada país los ingresos a gravar y también los gastos que se admiten deducir para obtener los ingresos gravados. Lo que ha sucedido en Uruguay desde la reforma tributaria frentista hasta el día de hoy, es que los gastos admitidos  han sido muy limitados y ahora se agrega la baja del porcentaje permitido para dicha deducción.

Independientemente de este análisis sin cifras, ya que a esta altura todos estarán inundados por las mismas, deseo escapar a mi profesión y ver esta situación desde otro punto de vista no menos importante que el anterior. El mismo consiste en analizar los valores intrínsecos del gobierno en esta última década, más allá de los números del ajuste que nos muestran verdades objetivas.

El primer punto es la soberbia, que se observa en intentar explicar lo inexplicable, Incumplieron su promesa electoral de no más carga impositiva.  La explicación es tan débil, como que el Ministro de Economía en una cumbre de Estrategia Slade 2016, elogió el logro de una novel unidad en OPP que se dedica a la Planificación, la cual se ve que no  funciona o no le hacen lugar a sus recomendaciones. Dado que en momentos electorales pasados, no se realizó  el más sencillo Análisis de Escenarios para responder  las siguientes preguntas: que sucede si la economía crece más de lo  previsto, que pasa si no crece y si decrece?  Desechando de plano la visión de los tres partidos en época electoral le decían que la situación no iba a ser tan buena como antes.  Por esto pienso que es soberbia, lo saben todo y” a los demás no se les cae una buena idea”. Cuan distinta sería la situación si hubieran aplicado algunas de nuestras propuestas de gobierno en torno a los posibles ahorros detectados. Si esto no es suficiente, la “parodia” de la negociación sobre la modificación del anuncio original, demuestra una visión que la inteligencia está en un solo lado.

Otro de los conceptos detrás de este ajuste, es la falta de planificación y análisis. Hay que equilibrar las cuentas, sea de donde sean los fondos. Primero debía hacerse un análisis de los gastos, aplicando medidas como reducción, postergación o suspensión. Luego de este paso, el siguiente es ver cuál es el nuevo desequilibrio de las cuentas y allí aplicar las medidas.  En esta oportunidad se hizo un ajuste sin  los pasos previos descriptos, que no son de una universidad renombrada europea o norteamericana, es de administración básica de cualquier hogar.  Para ejemplificar temas muy fáciles y no quedar en la mera teoría, el Antel Arenas se postergaría sin fecha, el avión presidencial ¿!?, la unidad de negocios perfumes de Ancap, efectivizar la contrapartida del Mides en que los beneficiarios colaboren en mantener las escuelas públicas (pintura, arreglos menores o limpieza …) con ello se generaría un ahorro que ayuda a bajar el déficit y  como suma a las anteriores sugerencias, se puede revisar gastos viajes al exterior, embajadas etc.

El tercer valor  es la división entre los ciudadanos, cuanto mayor sea mejor, la vieja estrategia de divide y triunfarás. Tal cual una escena de una película “Este ajuste lo pagan los más ricos del país “y la masa ruge gritando bien bien!!! No se estimula sentirse parte del todo, la primera franja no aporta un dólar simbólico.  Esos Ricos que ganan más de 30 mil pesos, cualquiera que lo escucha pensará a cuanto estará el dólar para hacer la conversión? La cotización de aproximadamente unos $30, se estaría hablando que una persona en el Uruguay frentista es rico aproximadamente con 1.000 U$S. Cuando la canasta familiar ya está en aproximadamente 1500 dólares. Enfrentemos a los compatriotas con la finalidad que algunos defiendan y estén contentos por el aumento que supuestamente pagan los más ricos, y no ven que ellos no pagan porque tienen un sueldo bajo, para comprobar esto simplemente hay que ver las redes sociales. La miopía muy enlazada con la soberbia, ningún gobierno puede estar contento que el 60%  no pague IRP F, cuando el límite para tributar es tan bajo. Sin llamar a un analista extranjero, se cae a nuestros pies que el verdadero logro sería que ese 60% tenga mejores sueldos y aporten aunque sea con la escala actual.

Por último, la falta de autocrítica es ya casi alarmante, la culpa siempre la tiene un tercero no importa quien sea. Difícil v er alguna vez en este ciclo de gobiernos frentistas que se diga esto sucedió como consecuencia de mis decisiones. Primero la herencia maldita de la crisis del 2002, y el colmo es que dentro del propio partido de gobierno se pasaban la responsabilidad de la situación de ANCAP entre los ministerios de Industria y Economía.

Con un ajuste del impuesto de estas características lo único que se logra es entrar a más velocidad en un estancamiento con suerte del consumo  o bien que baje su nivel. Con la consecuente repercusión en el empleo y en general se verá más afectado el colectivo que no paga IRPF y hoy aplaude. Además de la repercusión en una caída de la recaudación por los impuestos al consumo (IVA e IMESI básicamente), por lo que el efecto calculado del ajuste no es tan matemático como decir con este ajuste recaudo 600 millones más  porque hay que netear el descenso de la recaudación por concepto de los impuestos al consumo ya mencionados.

Otro punto son las reservas perdidas por sostener el dólar tanto cuando bajó en la época de los dos gobiernos anteriores y cuando subió en el principio de este año. Que útil si solo la mitad de las mismas hubieran sido destinadas a infraestructura vial, eléctrica, educación, salud entre otros.

En resumen, este ajuste del IRP Frentista es en particular, generado por la” desgestión” en el gobierno anterior con el agujero de ANCAP, los aumentos de las prestaciones sociales con fines electorales y no tanto por la coyuntura internacional que colabora en menor medida.

Recordemos que ya hubo un ajuste fiscal encubierto a principio del año en las tarifas de las Empresas públicas (no solo el aumento en la tarifa del consumo sino en los cargos fijos), ahora vino el segundo ajuste fiscal en el IRPF, sin olvidar el ajuste fiscal obtenido por la modificación del IRAE a fin del año pasado.

Dado que la tendencia del gobierno es intentar manejar el déficit  aumentando la recaudación por la  vía impositiva y no por un aumento genuino de los ingresos percibidos  por una mejora en el nivel actividad económica, es probable que se genere otro ajuste durante el año que viene sino cambia la coyuntura externa a otra época de bonanza y si no hay un análisis de recortar gastos.

Una cuenta sencilla para terminar,  el apoyo otorgado a ANCAP equivaldría a postergar casi dos años este ajuste fiscal...