viernes, 23 de marzo de 2012

Harto ya de estar harto ya me cansé....


Así comienza una canción de Serrat y así me siento hoy frente a este permanente tinglado que un día tras otro arma la izquierda para seguir lucrando con la desgracia.
¿Hasta cuando?
Es sabido el manejo que la izquierda siempre hizo de los medios de prensa. En eso son expertos .No es nada nuevo. Pero montar  operativos mediáticos cada vez que aparecen restos de alguna víctima de la dictadura y usarlos al servicio de una causa partidaria, roza con la inmoralidad.
Siento que por ahí no va la tan mentada reconciliación nacional.
La izquierda, de una vez por todas debe incorporar la palabra reconciliación a su diccionario.
Reconciliación significa que todos, y recalco, TODOS asuman responsabilidad por las muertes y desapariciones, no solo el Estado. Reconciliación significa que no hay víctimas de primera ni victimas de segunda. Ni hay víctimas nuestras ni víctimas de los otros. Todos fueron víctimas por igual. La diferencia es que ahora unas víctimas tienen mas prensa y son las “oficiales”. De las otras nadie se acuerda.
Quiero compartir algunos párrafos de un discurso que dio hace unos años en Argentina el hijo de una víctima de terroristas, quizás también cansado de escuchar que los muertos que vale la pena recordar son solamente los de un solo bando y que los otros bien muertos están.
En el documento “Unidos contra el Terrorismo”, Kofi Annan, ex Secretario de Naciones Unidas, afirma que una de las maneras más elocuentes de expresar que el terrorismo es inaceptable es dirigir nuestra atención hacia sus víctimas asegurando que sus voces sean oídas. El terrorismo niega la humanidad de sus víctimas, a quienes presenta como seres infrahumanos que merecen la extinción.
“Debemos asumir el desafío de responder a la narrativa del odio con la narrativa de las víctimas, la narrativa de las comunidades divididas y destruidas por actos de terrorismo, la narrativa del coraje de quienes arriesgan la vida en su quehacer cotidiano; la narrativa de los valores que las Naciones Unidas representan”.
Expresó Pilar Rahola “que en Argentina existen víctimas distintas de las víctimas oficiales, víctimas que no tienen su lugar en la memoria, ni reciben el aplauso oficial, ni salen en las lágrimas públicas. Víctimas que aún se esconden por los rincones de la clandestinidad, como si fueran responsables de su propio asesinato, como si, por haber sido escogidas para morir, tuvieran culpa. Víctimas convertidas en victimarias. Esas víctimas reclaman, desde la oscuridad del olvido, su hueco en la historia de la Argentina. Y, sin embargo, aún no lo tienen.
Hay víctimas, pues, en esta Argentina que tanto habla de víctimas, que no tienen quién les escriba. Pero están ahí, sin ojos, sin manos, sin recuerdos, sin palabras. Están ahí, y sus silencios pesan como si fueran gritos”. (1)

Cambiemos la palabra Argentina por Uruguay y la situación es exactamente la misma.

Ing. Gualberto M. Mato

(1)   Discurso de Arturo Larrabure del 22 de abril de 2008 en         http://www.marthacolmenares.com

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