lunes, 14 de noviembre de 2011

LOS CAUDILLOS QUE NO VOLVERAN

De Nelson Quijano

Corría el mes de octubre del año 1956, cuando después de haber presenciado un domingo, una Asamblea denominada “Cabildo Abierto”, en la ciudad de San José organizada por la “Liga de Acción Ruralista” de dicho departamento,
 – observé, escuché y puse especial atención en el orador principal, a quien lo ovacionaban aproximadamente unas ocho mil personas, nombrándolo “chicotazo”
- y pregunté a un señor que estaba a mi lado, ¿como se llamaba “chicotazo”? y la respuesta fue: -“se llama Benito Nardone”, “líder de la gente de trabajo del campo y la ciudad”.
Y de esto queremos dejar constancia que nadie a la hora de recordarlo, pueda expresar algo al contrario o no estar de acuerdo con lo que expresemos a continuación.

 Por muy encendidas que en el pasado hayan sido las luchas políticas, entre blancos y colorados, o colorados y blancos, no existiendo en aquellos tiempos el “Frente Amplio”.
Los que nunca jugaban en esas contiendas, eran los Partidos de la “Unión Cívica”, Socialismo” o “Comunistas”, o algún otro grupo de izquierda, sin ninguna importancia electoral.

Hoy nadie podrá discutirlo el gran mérito que tuvo Nardone, en pregonar democráticamente, con una gran fuerza y voluntad incontrastable, en apoyar a los hombres del trabajo de campo, patrón o peón, como también de la ciudad, preocuparse por sus bienestares y ellos le creyeron, dándoles el apoyo incondicional a su prédica, los únicos que estaban en contra eran los grupos de izquierda, y los grupos batllistas –liderados por Don Luis Batlle Berres- y los Batlle Pacheco del Diario “El Día”.

En su acción personal -Nardone- rebasó los limites de las contiendas electorales, que eran clásicas cada 4 años  -entre los partidos tradicionales y los llevó a que tuvieran que innovarse, introduciendo la fuerza tremenda de un Ruralismo integrado por personas de tendencias blancas y coloradas, como así también sin lugar a equivocarme por ciudadanos de ideología de izquierda, a pesar que todos los grupos de izquierda estaban en contra de su prédica realizada, por los hombres del campo.

Esta etapa de la historia electoral del país, debe ser, en estos tiempos recordada, más que nunca, porque demás creo, lo que realizó Nardone – fue muy difícil o casi imposible de que se vuelva a repetir en las elecciones venideras.

Quién sabe, en que siglo –o no- se pueda un acuerdo político, entre dos caudillos como Nardone con el Ruralismo y un Dr. Herrera en el Partido Nacional, será muy difícil – y si diría- muy difícil de verlo.

Puedo decirles, que cuando Nardone pensó en apoyar al Dr. Herrera, no tenía duda alguna, que el Partido Nacional sería el ganador en las elecciones de 1958, -y también sabía del caudal electoral del Partido Nacional y del tremendo respaldo cívico que representaba el Dr. Luis Alberto de Herrera para el triunfo final, por lo tanto, un acuerdo electoral entre Nardone y Herrera era un total éxito para las elecciones.

Recuerdo, cuando un medio día, en la Sede de la “Liga Federal de Acción Ruralista” en su despacho, Nardone me preguntó: -¿“apoyamos al Dr. Herrera para las elecciones de Noviembre”? - ¿“Ud. que piensa”?, le conteste: -¡“Nardone, si Ud. apoya al Dr. Herrera y al Partido Nacional, no tengo ninguna duda que ganamos las elecciones”!. Me manifestó: - “es lo que voy hacer mañana, llamar al Dr. Herrera y darle el apoyo para ganar las elecciones de 1958” y así comenzó a proyectarse el triunfo del Partido Nacional.

En 1957 las Asambleas –los Cabildos Abiertos- todos con muchedumbres de gente-,
todo se empezó hacer realidad, el triunfo interior, también en Montevideo, “apoyando al Dr. Herrera y Nardone, todo esto surgía de lo que consideré, como base de haber ganado”.

¿Qué fue lo mas importante de la prédica de Nardone?, orientó el ambiente rural hacia su elevación deseable, nítidamente opuesto a toda especulación disolvente de las jerarquías fundadas en el voto libre-sin sujeción-,  -eso sí- que aún dentro del régimen liberal, quebrantaba la dignidad del hombre y del ciudadano con su voto.

Y todo eso fue enorme, de su prédica radial, por eso fue que compartimos y apoyamos aquellos momentos de alegría, del Gran Predicador de sus palabras e ideas –Nardone- , que conjuntamente con aquel extraordinario Caudillo Dr. Luis Alberto de Herrera formarán una gran empresa electoral, que triunfará en 1958.

Más adelante proseguiremos comentando como fue la marcha que Nardone emprendió desde 1957 a Noviembre 1958.


Nelson Quijano

1 comentario:

Luis Cavanna dijo...

Claro ejemplo trasladable a la época actual y única posiblidad de lograr el triunfo a nivel nacional y también departamental en Montevideo.Fueron visionarios que dejaron de lado intereses personales en beneficio del interés colectivo.-
Hay que ser realista y dejar de lado la soberbia, para liberar a la Patria de esta dictadura solapada que no respeta la Constitución y politiza la justicia.-Luis Cavanna