jueves, 16 de junio de 2011

CAMINOS DE ACCIÓN POLÍTICA (II)

ADHERENTES Y AFILIADOS

La Carta Orgánica establece que el Partido Nacional se compone por todo ciudadano que adhiera a él por simpatizar con sus propósitos y tendencias eminentemente nacionales.
Esa simpatía expresada mediante el sufragio por el Lema Partido Nacional ,lo convierte en
integrante de la soberanía partidaria.
Como tal es elector y elegible para ocupar cargos en sus órganos de dirección.
A este ciudadano adherente, el Partido Nacional no le solicita otro requisito que el voto al Lema para integrar sus autoridades.
Como es sabido el acto electoral correspondiente a la elección interna,donde se elige el candidato único del Partido a la Presidencia de la República y los Convencionales, es un acto simultaneo para todos los Partidos Políticos donde rige el voto secreto.-
El ciudadano adherente está unido al Partido Nacional por ese único acto exigible por la Carta Orgánica ,el voto.- Es un ciudadano sin atadura con su colectividad política, no tiene compromiso alguno de fidelidad, obediencia, permanencia, militancia, colaboración, etc.
Cuando la Agrupación COMPAÑEROS habla de afiliados nos referimos al ciudadano comprometido, asociado para conformar una corporación que nos identifica en el escenario político como Partido Nacional.-
Es aquel ciudadano nacionalista al que refiere la Carta Orgánica en el artículo 27 inciso 7 dentro del capítulo “Atribuciones del Directorio” cuando manifiesta: “Organizar cívicamente al Partido, pudiendo disponer la creación de un registro partidario para la afiliación de sus miembros y las condiciones que los mismos deberán cumplir para integrarlo”
Es a ese ciudadano afiliado, comprometido con los principios ideológicos y éticos del Partido Nacional, militante permanente, referente partidario en su vecindario, a quien el Partido debe ir a buscar, proteger e impulsar para que ocupe cargos de responsabilidad partidaria.
Por eso nuestra identificación con ellos y el propósito de reivindicación partidaria.

El procedimiento electoral vigente (Elecciones Internas de los Partido Políticos) unifica mediante
el voto en una hoja de votación única, un hecho dual, la elección del candidato del Partido a la Presidencia de la República, con la lista de convencionales que integrarán la autoridad partidaria.
No se exige afiliación partidaria. Vota y decide por igual todo ciudadano integrante del padrón electoral. Ya hemos expresado las razones de nuestro rechazo.
Para participar en el acto electoral de elección de autoridades del Partido Nacional debe exigirse la afiliación partidaria para ser elector y elegible.

Es además un SISTEMA PERVERSO para el dirigente departamental, seccional o barrial donde asientan las bases de la democracia interna del partido. Porque no solo se le obliga al aspirante a ocupar un cargo de convencional, que demuestre su poder de convocatoria y respaldo ciudadano, sino que se ata su destino en forma inseparable a un pre-candidato presidencial, convirtiéndolo en un tropero de votos para esa candidatura.
Cuanto lograríamos de renovación de los cuadros partidarios y de representación vecinal, si estos dirigentes barriales pudieran concurrir a las urnas con su propia listas, liberados de los compromisos partidarios con viejas estructuras.
Por ese motivo la Agrupación COMPAÑEROS solicitó en su documento la separación en el tiempo de la elección de autoridades partidarias de la del candidato presidencial.

Esta independencia y valoración electoral del dirigente, desvinculándose de la elección del candidato presidencial, ya se operó en el plano departamental. Al separarse en el tiempo las elecciones departamentales de las nacionales no solo trajo mayor independencia y autonomía la elección de intendentes,sino que desvinculó a los dirigentes departamentales de la dependencia con el candidato presidencial. Ese sistema electoral determinó nuevas realidades políticas que tienen como abanderados a líderes departamentales que lograron triunfar con perfiles propios. La experiencia vivida recientemente mostró al Partido Nacional votando mucho mejor en la elección departamental que en la elección nacional logrando las mayorías en varios departamentos..

Muchas veces los hechos demuestran el fracaso de los propósitos e intenciones buscados con la última reforma electoral. Que otra conclusión podemos sacar de este intento de democratizar a los Partidos Políticos, cuando observamos como se les cercenan al dirigente barrial, seccional o departamental sus posibilidades de manifestarse sin ataduras. En la elección interna se ata su postulación de convencional con la obligación de votar a determinado candidato pre-presidencial. En la elección nacional el aspirante a ocupar una banca parlamentaria se encuentra encorsetado a los intereses de un sector partidario sin poder hacer acumulación con otras listas. La democracia partidaria no existe para los “orejanos” que no llevan la marca del candidato en la elección interna, ni la del líder del sector en la elección nacional”.
Tenemos la obligación de crear un espacio para ellos. Muchas veces hemos oído que en el Partido Nacional se respeta la norma electoral de “tantos votos tenés, tanto valés” es hora de cumplirla en las elecciones internas, sin ningún condicionamiento.

(Continuara) Dr. Hugo Rodriguez Carrasco

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