miércoles, 30 de diciembre de 2015

Montevideo 15 de Diciembre 2015

ES HORA QUE EL PRESIDENTE VÁZQUEZ GOBIERNE.
El escándalo que está dejando al descubierto la comisión investigadora de ANCAP alcanzó a las trincheras del oficialismo frenteamplista. Hace un par de semanas y después de años de total inoperancia, el senador Michelini rompió el cascarón y reclamó la recapitalización de la principal empresa pública estatal de nuestro país y sugirió la remoción de algunos directores, gerentes y técnicos tras el saqueo del que fue objeto el ente en una década.
Los déficit sumados, por 800 millones de dólares, determinarían sin lugar a dudas que una compañía privada hubiera llamado a concurso de acreedores y tendría sus días contados. Obviamente que sus responsables ya estarían cobrando el seguro de paro, en el mejor de los casos, y respondiendo ante la justicia penal a pedido de los patrones que confiaron funcionalmente en ellos.
En el Estado las cosas no van por el mismo camino, aunque es tan grave la situación a la que se sometió a ANCAP, que en este caso parecería ser que se empiezan a tirar con municiones gruesas. Se podría pensar que es para encontrar responsables y corregir errores, pero en realidad es para zafar de las consecuencias políticas que acarrearían los hechos que quedan en evidencia.
Todo lleva a que las conclusiones no se resuelvan con “caravanas de apoyo”, como se hicieran tiempo atrás con personajes como Fernando Lorenzo, tras descubrirse la corrupción que fundió a PLUNA.
Hoy en las trincheras de la coalición frenteamplista se tiran con “cartas abiertas”, como aconteciera en el duelo entre Mujica y Astori, nada menos que presidente y vice de la república hasta hace menos de un año.
El ahora ministro de Economía advirtió a quien quisiera leerlo que desde el 2012 puso en el tapete lo que estaba pasando en ANCAP y “en otras empresas públicas”, sin precisar cuáles eran, pero a las que también habrá que investigar, empezando por ANTEL.
Allí se separaron las aguas y la senadora Topolansky apuntó contra Michelini, el que hizo primero el mandado astorista. La esposa del ex jefe de estado evitó dirigirse al actual ministro de Economía, reservando ese objetivo para el propio Mujica.
Los líderes de las principales grupos de la coalición se saludaron en un acto partidario y ambos se negaron a declarar ante la prensa. No obstante, con Mujica algunos periodistas insistieron, a sabiendas que “así como te digo una cosa te digo otra cosa”.
Carolina Cose se subió a la idea de recapitalizar a ANCAP, pero preservando a las autoridades que –por negligentes o por corruptos- fundieron a ANCAP. Ella también se ubicó en una trinchera, porque puede caerle la hoja de la guillotina, si se investiga a ANTEL.
El actual vicepresidente quedó bailando con la más fea, aunque para eso se tuvo que sacar las manos de los bolsillos del pantalón, única imagen que tiene la ciudadanía del ex presidente de ANCAP y ahijado y delfín de Mujica.
Todo esto huele mal. No es el olor fétido del petróleo venezolano con el que hizo negocio millonario el Ente. Es olor a descomposición de un entretejido político que incluye también a la Intendencia de Montevideo, que en los últimos dos años recibió 20 millones de dólares de ANCAP, sin que exista razón jurídica para hacerlo, según reveló el promotor de la investigación, el senador nacionalista Álvaro Delgado.
Mientras este escándalo amenaza con quedarse con muchas cabezas del Frente Amplio, la ciudadanía, que siempre paga los platos rotos, espera que ALGUIEN ponga fin a este escándalo y ordene ceses de los responsables de haber fundido a una empresa monopólica que factura 4.000 millones de dólares al año.
Llegó la hora en que el presidente Tabaré Vázquez haga lo que tiene que hacer y purgue de la administración a los ineptos o corruptos, por una u otra cosa.
Le restan aún más de cuatro años de funciones y si no se remanga y pone las cosas en su lugar, el repecho será muy largo para todos.
AGRUPACION COMPAÑEROS

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