martes, 25 de marzo de 2014

Luis Alberto Fígoli

El 17 del corriente mes de marzo se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento de este gran dirigente y gobernante del Partido Nacional, con quien compartimos años de militancia política.
Fue en su juventud funcionario de la Caja de jubilaciones de Industria y Comercio desde su ingreso el año 1929 hasta que Daniel Fernández Crespo lo llevara como su secretario al Consejo Nacional de Gobierno en el año 1955.
Representante Nacional en el período 1956-1959 por la lista 51.
Integró como segundo titular el único gobierno departamental nacionalista que ha tenido Montevideo en el período 1959-1963 cuya mayoría la constituía Daniel Fernández Crespo, Luis A. Fígoli, Dr. Daniel Hugo Martins y José A. Otamendi.
Su militancia política y condiciones de dirigente lo llevan a tomar su camino propio y fundar la Lista 56 que lo tiene como líder, ocupando una banca de Senador en la legislatura 1963-1967.
El conocimiento de temas jubilatorios y de legislación social lo identifican con decenas de proyectos e iniciativas convertidas en leyes, que protegen a diversos sectores de trabajadores de la ciudad y el campo. Destacándose por su importancia en esos dos períodos de gobierno del Partido Nacional su participación en La Ley de Escala Móvil Jubilatoria, que ajusta automáticamente el monto de la pasividad al índice de aumento del costo de vida y la creación de las Cooperativas Obreras de Transporte Colectivo.
Vinculado al deporte fue Presidente de los Clubes de Fútbol River Plate y La Luz y de básquetbol Sctokolmo.
La penetración del Partido Nacional en el entramado social de todos los barrios de la Ciudad de Montevideo, mucho tuvo que ver con su presencia diaria y recorrida por los vecindarios, a tal punto que fuera reconocido como "el amigo de los barrios". El nomenclátor de la ciudad de Montevideo lo recuerda poniendo su nombre a un espacio público en el barrio de La Teja.
Luis Alberto Fígoli impuso así una forma personal de gobernar y hacer política- quizás surgida en el ejemplo legado por los grandes conductores- quienes estando en permanente contacto con "el pueblo que anda y arde en la calle" podían conocer sus problemas, traducir sus inquietudes y buscar las mejores soluciones.
En ese andar transitamos.

Dr. Hugo Rodríguez Carrasco



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