DEFENDER LA SEPARACION DE
LOS PODERES DEL ESTADO
DEFENDER LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL
DEFENDER LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL
Por Esteban Jardín
En la reciente manifestación frente a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) un legislador del Frente Amplio (FA) amenazó con denunciar a la Corte ante un organismo internacional por declarar inconstitucional una ley que él impulsó.
Entretanto -y por
iniciativa del FA- el bloque oficialista del Senado se apresta a citar a los
ministros de la Corporación por una decisión administrativa por la que se
dispuso el traslado de una magistrada, del ámbito penal al civil.
El presidente de la República, al ser consultado por la prensa sobre la
asonada que siguió a la manifestación y que impidió por tres horas la
realización de la ceremonia de toma de juramento de una docena de jueces, se
limitó a calificar de “feo” este hecho.
Tal vez no tuvo otra salida, ya que su ministro de Defensa Nacional, el
viejo camarada del MLN Eleuterio Fernández Huidobro obstaculizó hace unos meses
la acción de esa jueza –hoy trasladada- al impedir la toma de fotografías en un
cuartel y la búsqueda de restos de un avión que desapareció en aguas del Río de
la Plata.
Por ahora la constante en nuestro ordenamiento es el fluido
relacionamiento entre los poderes del Estado. En forma permanente los juzgados están llevando
adelante investigaciones que requieren la directa contribución del Ministerio
del Interior, donde se pone a prueba una y otra vez el respeto a la separación
de poderes y la natural contribución que debe existir entre los mismos.
La señal que algunos parlamentarios y la dirección política del FA están
dando a la ciudadanía en los sucesos del fin de semana anterior no es buena ni
sana para el ejercicio democrático.
Cualquier presión indebida que intente obstaculizar el orden jurídico
cada vez que se pronuncia el Poder Judicial sobre algo que molesta al
grupúsculo patotero oficialista, con o sin la participación de legisladores,
debe ser sometido a la Justicia penal y es el Poder Ejecutivo quien tiene la
obligación de asistir con las diligencias que ordene la sede que investigue el
caso.
Siempre han existido cuestionamientos a fallos judiciales y se ha hecho uso y abuso de los fueros parlamentarios, por todos los sectores políticos.
Lo que por suerte no es frecuente es amenazar con reformar la Constitución
cada vez que un pronunciamiento judicial derrumba equívocas decisiones.
Hoy el país asiste asombrado a una amenaza de esa naturaleza. Ese hecho
se suma a las consecuencias de la asonada frente a la SCJ y proviene nada menos
que del propio presidente Mujica. El mandatario apeló a reformar la
Constitución al declarar inconstitucional la SCJ la ley de fines del 2011 que
creó el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR).
Son pocos los antecedentes y mejor no recordar esos intentos
totalitarios de acomodar la Constitución a intereses ideológicos.
La historia tiene destinada algunas páginas negras a esos propósitos. Y
la ciudadanía no las olvida.
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