Por Mario Dominguez Gadea
RENOVACION
Quien se precie de observador, que
en el mundo de la política es una necesidad imprescindible para sobrevivir y
sacar conclusiones, constatará que a tantos meses de las Elecciones Nacionales,
que queremos ganar, cala cada vez más hondo la necesidad de cambios radicales
en los mandos naturales del Partido. Quienes tenemos como hábito el contacto
reiterado con correligionarios de avanzada edad, lo notamos cada vez con mayor
intensidad.
Como los “Veteranos” opinamos y votamos,
vale se tomen en consideración sus opiniones, que son la de la voz de la
experiencia.
Ellos hicieron posible los formidables
triunfos del “58” y del “95”, que nos permitieron hacer tantas cosas buenas. Ahora
son partícipes molestos de una realidad tangible como lo es la situación que
estamos enfrentando.
Ellos son también los del mensaje de
futuro, por el recuerdo y ejemplo de los Grandes: Saravia, Herrera, Beltrán, Fernández
Crespo, Wilson, Ortiz, que lucharon, en las buenas y en las malas, hasta morir.
Los recuerdos en sus bocas son fuerza y rebeldía, lo que nos llevan a escribir
estas líneas.
Si uno rasca en la superficie de
otras generaciones nota que no es una opinión reservada a un grupo etario. Se
está generalizando en un apretón de dientes y en un decir, a todos los niveles,
que necesitamos reformas urgentes.
Y, en todo esto, que más que confuso
es peligroso, hay algo, que no es resentimiento, pero sí sensación de frustración
ante el destino incierto de una Juventud que significa todo, porque en el
futuro será su obligación trasmitir al pueblo los ideales del Partido.
La carrera electoral debe abrirse.
Eliminar las dependencias que comprimen, con un partido que respete las reglas de juego,
pero que deje jugar para que poco a poco
la prédica haga carne en los correligionarios, y los que no lo son.
No es todo, pero es mucho más de lo
que se imaginan los político y militantes de edad media. Si no despertamos nos
tiran al Partido por la borda, y no estamos, por respeto a los que fueron y a
los que quieren ser, andar evitando el viento en la puerta de entrada, con
miedo a que nos abran la del fondo.
Lo
positivo es que tenemos compañeros inteligentes, con ansias del triunfo del
Partido, predicando la única medida disponible de salvación del País.
Vamos
a no engañarnos y entrar en proclamas eruditas que no son posibles de
materializar. Nuestra dirigencia política existe y es suficiente como para
seleccionar, llamar a relevo y procurar una conducción que nos lleve al
triunfo.
Nadie dude que quienes pensamos en
dejar semillas de dignidad y triunfo, estamos actuando por un logro que nos hemos
asignado.
Cada día que pasa debemos repetirnos
que determinada función política no puede ni debe ser considerada una tarea
rentable, en un trabajo más. No votamos, en una democracia representativa, para
tener empleados en una casa grande, sino sus representantes, que defiendan al
Pueblo (trabajadores, pasivos, ancianos, niños, a todos), tratando de darnos un
País mejor.
POCO A POCO
Nadie duda, dentro y
fuera de fronteras partidarias, que vamos tomando conciencia sobre cómo
enfrentaremos con dignidad, el futuro político del País.
Observando la
actividad del Partido vemos como la familia de dirigentes y sus directos
colaboradores están consolidando la tarea de quitar a los actuales (no se les
puede decir gobernantes a quienes no lo son), recorriendo intensamente el
Interior.
En Montevideo, no por
ser el de mayor caudal electoral, la regla es distinta y Correligionarios de
distintas líneas están aunando esfuerzos.
Pero Montevideo sólo
no alcanza. No dudamos que Canelones y Maldonado, de fuerte gravitación en el
destino partidario y electoral, dirán presente a corto plazo.
Se mira fuerte a
quienes tienen antecedentes probados. Hay Intendentes cuyo destino, por no
poder ser reelectos, está disponible con un caudal de conocimientos y
experiencias.
Se piensa que primero
corresponde buscar a los hombres, para poder elegir, sin dejar de lado las
costosas financiaciones que demanda una campaña electoral decente, sin ayudas
del Exterior.
El “Movimiento Compañeros” tuvo idea
y conciencia del desafío. Desde hace varios meses tomó la iniciativa, que, a la fecha, ha
demandado mucho esfuerzo, dando un ejemplo, que para mejor suerte para el
Partido ha trascendido.
Poco
importa los intereses personales cuando se olvida el superior destino que
demanda continuar defendiendo la vigencia de los principios, que nos intentan
hacer olvidar.
Mario Dominguez Gadea
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