PARTIDO DE LAS LIBERTADES
Escribe: Hugo Rodrìguez Carrasco
Como bien ha sido recordado recientemente en diversos actos populares y académicos, el Partido Nacional ha festejado sus 180 primeros años de vida consustanciado con la historia y el quehacer nacional. Oportunidad donde se han destacados sus perfiles más salientes, que lo identifican ante los uruguayos.
De su ideario político, ha calado en profundidad en el alma de la gente aquel que define a nuestra colectividad como el “Partido de las Libertades.” Irrenunciable principio, destacado como bandera en distintas épocas por sus grandes conductores,
“En el Partido Nacional hierve la vida y es saludable la contradicción de opiniones. Las unanimidades confinan con el servilismo y nosotros padecemos del dulce delirio de las libertades.” Luis A de Herrera.
“Nosotros vamos a tener un Partido donde no haya solamente una burocracia política que controle la colectividad. Del intercambio de ideas surge la doctrina que lleva a la autoridad partidaria la inquietud popular. Ese es el Partido participativo.” Wilson Ferreira.
Escrito está en nuestra historia su vigencia. Partido de libertades, liberal, republicano y progresista.
¿De que asombrarse?. No hay nada nuevo bajo el cielo partidario en el concepto de un Nacionalismo Popular.
¿Acaso no fueron clarinadas de victoria en el pasado el Movimiento Popular Nacionalista de Fernández Crespo, resistiendo la imposición de listas únicas e impulsando la unificación de los nacionalistas a través de varias listas; o los “ Cabildos Abiertos” de Herrera y Nardone, poniendo el oído en el reclamo de la gente, abriendo las porteras del Partido a ciudadanos de otros Lemas?
En la búsqueda de caminos que permita al Partido Nacional posicionarse de la mejor manera y lograr obtener el gobierno nacional, se han expresado recientemente en ese sentido algunos distinguidos dirigentes del interior del País. Tratar de enriquecer el Partido ampliando el ámbito de discusión y toma de decisiones, para escuchar a aquellos compañeros que en los distintos vecindarios nos representan y tienen vocación de servicio.
¿Podemos ignorar acaso la necesidad de esa activa participación popular?
¿Y quiénes mejor interlocutores y conocedores de la problemática de los distintos vecindarios y de interpretar el sentir de su gente que aquellos Intendentes que, por encima de los intereses de sectores partidarios, consiguieron atraer al Lema histórico el voto de multitudes, logrando conquistar el gobierno en 12 departamentos del País?
Los que hoy dicen que no es tiempo de pensar en elecciones son aquellos que están cómodos gozando de su posición política. Conscientes de la inacción en la que están inmersos y del cúmulo de los errores cometidos, ahora ven inminente la pérdida del poder.
Partiendo de la base que el modelo del Frente Amplio está agotado y no ha dado solución a los grandes problemas que enfrenta nuestra sociedad, ha hecho bien el Senador Larrañaga en plantear si la oposición está preparada para ganar y gobernar, y qué propuestas concretas ofrece al electorado teniendo en cuenta la posibilidad de acceder al Gobierno Nacional en la próxima elección de 2019.
Si bien este proyecto hoy se enmarca en enunciados genéricos, se trata de conformar un espacio de coincidencias con otros sectores de la oposición, que permitan al futuro gobierno tener las mayorías parlamentarias necesarias para gobernar, en torno a un programa común de quienes hoy sienten y piensan de la misma manera la solución de los problemas nacionales.
Se ha generado un hecho político con planteos que comprometen el presente y futuro del Partido Nacional, que amerita previamente pasar por su discusión y aprobación en la interna partidaria. Discusión abierta sin imposiciones ni exclusiones, que contemple a todos sus integrantes como corresponde al Partido defensor de las libertades.
Antes de seguir poniendo rótulos y buscando definiciones, la gente quiere saber adonde vamos. No queremos otra CONCERTACIÓN de rejunte de votos, que impida el uso del Lema debilitando al Partido y desdibujando nuestra rica historia.
La diferencia de enfoque se ubica en el hecho de que, antes de seguir bajado la línea política según el saber y entender de cerrados círculos dirigentes, tenemos que recoger la opinión de la gente de los mas diversos vecindarios, de quienes el Partido de la Nación ha sido siempre su vocero.
El Partido no busca un líder artífice e impulsor de ingenierías electorales para ganar una elección, sino un receptor y portavoz de inquietudes y reclamos populares que se concreten en un programa de gobierno.
En suma, una estrategia partidaria que nos represente a todos por encima de los sectores y nos permita ir a las urnas unidos bajo el Lema Histórico.